La obra de Cristino Díez ha quedado instalada en la glorieta Jesús Echevarrieta, un doble homenaje a la industria y al empresario burgalés.

En su construcción han participado empresas de Burgos como Estrumar o Gombarri.

Jesús Echevarrieta y los 50 años de la industria. No se han podido unir de mejor manera en el día que se cumplen dos años del fallecimiento del empresario burgalés y presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquejar. La glorieta que lleva el nombre del empresario luce un recuerdo a la industria de Burgos, una industria que cambió en 1964 cuando comenzó la construcción del Polo de Promoción, el germen de la industria burgalesa, que ha convertido a Burgos en la capital de la industria de Castilla y León.

Han sido muchos los que se han acercado a este acto en el que se inauguraba formalmente la escultura de 20 metros de altura que Cristino Díez ha realizado, y que refleja las miras de futuro de este sector. En su construcción han participado varias empresas del polígono.

Javier Lacalle recordaba esta fecha como un doble homenaje, a Jesús Echevarrieta y a lo que fue su vida, la industria y el Polígono de Villalonquejar. Para Miguel Ángel Benavente, Burgos tiene esta industria gracias al trabajo de todos, "tiene lo que se merece y no nos lo tiene que quitar nadie" gracias a un trabajo duro y "cada vez que dudemos, tenemos que mirar aquí a este símbolo que refleja los 50 años de desarrollo industrial de Burgos y los próximos 50 venideros".

La obra de Cristino Díez, realizada en hierro oxidado, simboliza la industria y el futuro de esta, con unas agujas que hacen un guiño a la catedral y miran al futuro con optimismo.